Marisely

Cenizas de tu piel

 

He probado pieles de sapidez mixta,

besado labios dóciles,

vivido en cuellos que sollozan calor sin emoción;

y con los ojos abiertos me recalco la razón de mi estadía.

 

Llevo en mi maleta mi alma y junto a ella una brújula

con una flecha que anda pegada en mi ser,

que apunta al contrasentido de mi vida.

 

Pero mientras el reloj obligue al tiempo a pasar,

me detendré en la razón del porque no he conocido a alguien que duplique el molde de tu ser.

Tengo en mi memoria un sinfín de historias

en donde nadie tiene esa congruencia perfecta con usted.

 

Caballero apodado del idioma,

¿Cómo es que dejaste muescas a tu paso,

al mostrarme mundos desconocidos,

en dónde me he quedado y no he vuelto?

 

No entiendo el intelecto detrás de esa pasión ingrata,

el deseo de esa inexplicable mirada

que desvaneció como el humo de ese cáncer que posiblemente tienes entre tus dedos.

 

Patético gruñón de poesía hermosa,

como intento odiarte,

pero es que me inyectaste una fórmula que ni Eros reconoce.

 

No es amor, lo nuestro nunca fue amor;

fue distinto, etéreo, contra natura… así como usted.

Así que cada noche,

cuando tomo el tren del próximo cuerpo,

tu imagen viene a mí

como tú no volverás a aquí.

 

Cenizas de tu piel.

Inexistentes.  

 

     M. Lugo