Julián Valdés Vásquez

Obsequio de luna

Vislumbré a lo lejos tu guedeja;

fértil anzuelo de tu amor de ensueño,

mi interior álgido, mi interior absorto

se acercó de a poco a tu corazón risueño.

Te sorprendí entre la penumbra densa,

me hablaste de la luna,

te hablé de su luminiscencia,

respiré profundo para sentir tu esencia,

tu fragancia a crisantemos,

tu mirada fúlgida, mirada de entelequia.

Caminamos juntos unos cuantos pasos,

anhelé con ansias tenerte entre mis brazos,

percibí tu hechizo asido a mis adentros

a mis pupilas, a mí.

Indagaste extrañada mi presencia,

balbucí falaz mi destino,

mentiroso corazón cobarde;

corazón alegre por estar contigo.  

Cegué la cordura, fugaz y efímera,

permití al afecto musitar su llanto,

confesé que te quería, que te quería tanto

que eras mi aurora y mi ocaso,

de las aves el canto,

mi quimera,

la flor más reluciente de toda la primavera.

desahogué entonces lo que callaba,

lucías preciosa; tez amorenada,

mirada de ginebra, labios de carmín,

sonreíste coqueta a mi alma enamorada,

te obsequié la luna,

marfil y sonrojada,

deseando un beso,

para esta aurora acongojada.