jomermalaya

HONOR A LOS CAIDOS

Los muertos, ¡Pobres de los muertos!

¡No hay quien de ellos se acuerde!

Ni yo mismo sé si tienen nombre,

No sé si alguien los tenga aún en su mente.

Cuando se tiene un ser querido vivo,

Habita él siempre en nuestra mente;

No nos importan las distancias ni el destino,

Entonces no nos interesa la muerte.

Pero cuando muere una persona,

La familia queda muy dolida;

Se ha ido alguien de nuestra casa,

Hemos perdido a un ser querido.

Al ir por las calles la gente preguntará:

¿Quién es aquel que  en hombros se lleva?

Su respuesta no será contestada,

Pasará desapercibida la muerte del amigo.

Cuando pasemos por la plaza, el juez preguntará:

¿Quién es aquel que llevan en brazos?

Buscando entre libros lo encontrarán,

Fue un esposo, padre e hijo que en muy poco

Todos en el pueblo olvidarán.

Al llegar a la iglesia muchos preguntarán:

¿Quién es este que les deja el corazón herido?

Una plegaria solamente escucharan,

El sacerdote dará la gran despedida

De quien en poco su nombre se ha de olvidar.

Al llegar al cementerio la gente nos dirá:

¡Estamos con ustedes conmovidos!

Pero ni ellos mismos cuenta se darán

Que en muy poco tiempo a sus muertos olvidarán.

Pero cuando nos estén enterrando, cosa que sucederá;

Mientras nuestras familias nos estén llorando,

Seguro que la lluvia nos sorprenderá;

Unos hombreas a lo lejos, alzando una copa dirán:

¡Honor a los caídos! ¡Honor a aquellos que no volverán!

¡Honor a los que en nuestras mentes siempre vivirán!

Ellos no se darán ni cuenta…

Que en sus cuentos, prosas o poemas;

En sus glorias y derrotas,

Nuestro espíritu con ellos siempre estará.

¡Honor y gloria a los caídos!

¡Recordémosles!

Así quizá, puedan descansar en paz.

 

Jomer malaya