Zagazka

NUNCA TE HE MENTIDO

 

Yo nunca te he mentido.

Tantos finales han hecho de mí un imberbe

Me encerré en una crisálida perenne. Incluso creí ser un valiente guerrero.

Ahora no queda mas que un lienzo en el suelo. Metáfora de la invalidez.

 

Me inventé infinitas maneras de entrar en ti.

De ser tu simbiosis.

Creo que dejé de ser yo mismo en el proceso.

Ahora soy un simio.

¿Dónde está ahora el guerrero que fui antaño?

¿Es que ya no quedan alabardas que usar?

 

Quizá los pinceles no fueron mis mejores aliados.

Quizá sea la pluma la que guíe mi ennegrecida vida.

Por eso me infundo en bilis negra, en droga que atemoriza mi alma.

 

Una, dos, infinitas lágrimas, y tu rostro no despierta.

Una, dos, y finitas lágrimas pues mi alma es estéril.

Ya no queda acuosidad  que deslice por mi agrietada piel.

 

Debí coger tu mano aquel día.

Cogerla firmemente y no dejarla nunca.

Para que nunca te fueras

Para ilustrarte con desayunos en la cama.

Sí, en tu antigua cama. La que abandonaste por otra nueva.

Ahora compartirás ese nuevo mueble con otra persona, y yo soy un simio.

Un simio sin cama ni techo.

 

Aquella tarde se perdió la ficha que te enamoró.

Este simio tiene muchas fichas para jugar al ajedrez.

Pero ¿Cómo se puede jugar solo al ajedrez?

 

Ayer llegaste a tierra firme y parece que emprendes un principio sano.

Este simio aun no ha llegado a tierra firme.

Puede que cuando llegue no encuentres ni mi corazón entre los restos.