Pablo Bojorque

La lluvia entre mis sábanas.

Colándose un haz de luz por mi cortina

me despierta en una mañana mojada.

Lluvia de redención, que bañas mis bostezos,

de una noche llena de emociones,

en un universo increíble, en mi mundo de ensueños.

Donde muchas veces no distingo la fantasía de la realidad

 


¡Oh lluvia! Caes con más fuerzas.

Cómo una especie de batallón y sus redobles, suenas en mi techo.

Erizas mi piel, cantas para mí cuando te apoderas del día.

Es así que me interno en lo más profundo de mis sábanas

Profundo, muy profundo, escapando a la posibilidad de salir.

 


Me abrigo del fresco que traes con tu llegada

Todo calor se esfuma, todo humano se esconde.

Truenos, vientos, ráfagas de vientos traídos del Sur.

Comienza la desesperación de los seres  abordados por la soledad.

Se escuchan el silbido de las aves, bañándose en las gotas del gran milagro

Yo aun sin salir, atado a mis deseos de que perdure un día color plata, con tonos de melancolía.

 

 

¿Cuántos tipos de lluvias hay?

Existen las felices, como la de ahora por ejemplo, en el que extasía mi alma de placer.

Existen, también, las dolidas, que como una especie de acido, destruye con dolor, lo que muchas veces ya está destruido.

Las de cobardes, que corren con miedo a esconderse, como que una especie de clavos, pueda penetrar en sus frágiles cuerpos.

 

 

¡Oh lluvia, mi relente y ermitaña lluvia!

Me encantas cuando golpeas mi rostro, al caminar con mi amada

Pero hoy más me gustas, pura y cristalina entre mis sábanas.

Pablo Bojorque.