LV.

Quiero creer

Yo quiero creer 

que los árboles

no son sólo un objeto que hace sombra

como un muro o un paraguas,

y que escribir no es un golpe nomás

contra un botón cuadrado,

porque en el árbol está la sabia

que viene de la lluvía y la lombriz,

y en la letra están la historia

y el amor y la mentira.

 

Yo quiero creer

que los días no son

sólo un punto, como una abeja de colmena

hecha por el olvido,

porque un día

fue conquistada Roma, y un día

pisó una bota la luna y un día, ¡también!

fue mi primer beso de amor.

 

Yo quiero creer

que dormir no es cerrar los ojos

y estar solo en un limbo negro

y que despertar no es

abrirlo otra vez

al fulgor amarillo

reciclado de los días,

ah, porque en el sueño

me he encontrado

con mis monstruos del terror

y allí mismo los he visto morir,

y en el sueño he conversado

con los muertos y lo irreal,

ah, y porque de día

es que sale el sol y también es día

cuando al fin se oculta.

 

Yo quiero creer 

que lo oscuro es mucho más

que sólo plana ausencia de luz,

y que el silencio es también

más que un vacío interminable,

porque en lo oscuro están los fantasmas

y los rostros que no existen,

porque en el silencio está la sangre

empujándose en las venas

y en el silencio se oye la voz

más tenue del recuerdo.

 

Yo quiero creer

que la vida no es

sólo un viejo camino

que termina en la muerte,

ah porque en la vida ocurre toda

una porción del universo

y de la muerte nadie sabe

si es el fin

o un nuevo comienzo.