María Elena

MUJER

Mi humilde homenaje, en este día, a tantas grandiosas mujeres que habitaron este planeta y todas las que seguiremos haciéndolo, cada vez con mayor fuerza y poder.

 

Mujer sensual, bella, de virginal andar,
maravillosa conjunción de misterios,
donde “vida”, “muerte” y “renacimiento”
confluyen en un espacio sin tiempo.

Mujer de sol y espigas,
donde la llama de tu amor todo lo altera,
lo transforma, lo inflama, lo renueva
y es en el seno de tu vientre donde el mundo se genera,
donde el caos se hace orden
y donde los vinos sagrados, en tu boca, se hacen néctar.

Mujer de sabiduría plena,
de ancestrales enigmas y de leyendas,
que has tolerado vejaciones,
humillaciones y tristezas,
y que en tu afán de proteger, te has convertido en presa.

Bienaventurada mujer,
que vives y reinas en un castillo con alas,
y que en tu fértil pradera
surgen los benditos frutos que Natura te entregara.

Mujer de alma impoluta,
que en tu profunda mirada
habitan los rayos que, otrora, Febo mismo destellara.

Mujer de imponentes mares, montañas y cataratas,
déjame andar a tu paso que la victoria te aclama,
quiero cantar contigo, de amores, las alabanzas
y proyectar el futuro en el renaciente alcázar.

Mujer que sueñas y callas,
no dejes que nada enturbie la lucha de tus mañanas,
ni permitas que corrijan el rumbo que tu trazaras.
Sé lo que digo, mujer, fui testigo de tus lágrimas
y sé que en el fondo del pecho, como una llaga encarnada,
llevas la huella del odio que una daga te tatuara;
tienes la piel tan curtida y las manos agrietadas,
que ni puedes abrazar a aquellos que tanto amas.

Pero hoy, no estas sola, mujer,
somos mujeres en una; somos una en mil mujeres,
somos millones de almas con infinitos poderes,
somos la sangre que grita, somos la libertad,
somos los sueños que crecen, somos las ganas de amar;
somos el agua bendita que brota del manantial,
somos alma de esta tierra que nadie más va a tocar.

María Elena García Giraldo ®