Luis Velázquez Buendía

PUENTE DE VALLECAS

El hombre se desmorona un día

y hasta entonces vivía en su rutina incólume.

Jardines devastados; la infancia

verdece todavía los abriles crueles.

 

Se desmorona o extravía una noche

de extraños en su memoria.

La marcha incongruente de los sentimientos,

la incongruencia de los lugares,

la Plaza Vieja ha sido sepultada bajo un no lugar,

las acacias recortadas en altura,

la perspectiva irrisoria,

la familiaridad como una anónima inscripción en la distancia.

 

Es el momento de estar solo, sentir

la superioridad de un mundo frágil, avanzar

quitando telarañas.

                               Noche

de animación efímera comercios irreales,

la risa joven de la deforme noche,

el Bulevar también ha sido reeducado.

 

Puede un hombre desmoronarse un día,

rodillas de arena, vértigo de lo inminente;

puede experimentar con su pasado, hogar de otros

y continuar viviendo en su rutina incólume

y ser más otro un poco, más sí mismo.