EDGARDO

A LA MUJER DOCENTE

Gracias mujer, compañera y amiga

Por ser la dorada florescencia del trigo convertida en espiga

Por brindar con tu presencia

Aquel apoyo incondicional con gran paciencia

Convirtiéndote en destello que  une, anima y alienta con amor

A trabajar  día a día con gran valor

Gracias por llevarnos a la primavera

Por alentarnos a alcanzar nuestra quimera

Por ser ese ser ejemplar

Amiga incondicional que sabe escuchar

Gracias por tener fuerza misionera y mano delicada

Que con fervor, por el saber, das tu vida.

Gracias por ser la antorcha indeleble

Ser maravilloso y respetable

Que en el servicio a la educación  vivificas al mismo Dios

Y que con láureo ejemplo trasmites tus pensamientos.

Gracias por tu cordial y diáfana vida de enseñanza

Y por eternamente brindar tanta esperanza.

Simplemente gracias por ser mujer…