Esteban Mario Couceyro

La anciana

Pasaba el día sentada, en esa ventana

sus manos tomadas entre si

quizá fuesen…, eso que no tenía

los ojos fijados en la nada

parecían ajenos a la realidad.

 

Sus recuerdos, quién pudiera saberlos

es posible que de moza

esas manos tomaran otras

que por audaces, debiera detener

y esos ojos ya grises y opacos

reflejaron miradas jóvenes

y preludios de besos apasionados.

 

La anciana en la ventana

hace tiempo nos dejó

vive en sus recuerdos

donde joven y bella

comenzaba a conocer

el amor

sus manos entrelazadas

y la mirada

quién sabe dónde.