Raiza N. Jiménez E.

La Renuncia.-

 

 

Pude tenerte a mi vera pero, frente a ti renuncié.

No hubo en mi orgullo o algo de ello, parecido.

Me he cuidado de no escamotear mis cometidos

y ya que el amor fue gran motivo, yo te defraudé.

 

Mi alma se llenó de ansias quería en mi poseerte.

Todo fue confusión en el arte de querer y me fui

para saber, cómo es la lejanía y, más no quise verte.

Pero, no se fue de mí la agonía porque contigo reñí.

 

El amar trae muchas sorpresas: es el arte del querer.

Hoy puedo decir, sin alardear, que tu amor me dolió.

Quise tenerte, por siempre y en tus labios vino beber,

pero, la vida, otro amor me reservó y mi sino se desvió

 

En mi triste corazón la rabia y la desdicha han florecido

No es sólo por soledad, es que de mí, hice tu fiel amante.

Y ya no podré ante ti y el mundo decir: no te he querido.

Por eso, me consume la cobardía y esta sorna engañante

 

Ahora, deseas volver a mí, con tu boca llena de renuncia.

Se te olvidaron los versos, esos conque escribías al amor.

Por eso, esta mujer no te espera y esta verdad pronuncia.

Y para que Usted, no se engañe, le digo: no lo amo, Señor!

 

¡Si el amor no te comprende y no lo comprendes a él,

es mejor una renuncia que seguir siendo tan cruel!

 

Raiza N. Jiménez/ 1/3/2017