solitario del silencio

Mi rival, mi enemigo.

Este que veo frente a mi.

Es mi rival. Mi enemigo.
Pero ambos tenemos un factor común.
Nuestro amor va hacia una misma dirección.
Juntos amamos . Por eso es mi enemigo. Mi rival. Juntos corremos hacia el mismo ser amado. Por el cuál somos capaces de matarnos. Éste que es mi contrincante me comprende como nadie. Y viceversa. Yo lo comprendo a él. Podríamos tirar nuestras armas al piso y dialogar sobre nuestro ser amado. Y regocijarnos en ese sentimiento. Que es mutuo. Más es tanto el deseo, por lo que amamos. Que más fuerte empuñamos, nuestra espada. Nuestra lanza . Para herirnos hondamente. Para matarnos. Para ponerle fin, el uno al otro . Y así sin más, cuando el ganador tenga, al perdedor a sus pies . En sus manos . Ensangrentado y fuera de juego, correr hacia el fruto amado. A mendigar correspondencia. A entregar todo el corazón. Para luego ver como éste se desintegra en nuestras manos (palpitando sus últimas corazonadas)cuando nos es devuelta nuestra tan sentida donación.