Inexistente

Realidad subsecuente.

Llueve una parda ilusión a mar contagiado
de pensamiento, sol y polvo inmaterial.

Desde las calles nacen los esforzados,
pensativos
y nacen todos los días,
nada les quita el sueño que a diario revenden,
la obligación también hace cuenta de ellos.

Luces esparcidas en planetas dispersos.

Y moho en sus ríos y piedras para tropiezo
el cuento es de margaritas de barro y hierro;
de cerebros empapelados, mandos;
controles,transpiraciones que no tienen precio,
registros de emociones estrelladas
en los muros de una realidad subsecuente.