Doblezero

HIJO DEL AMOR

Eres tan bello como una gota
de rocío, en la espina de una rosa.
Tan claro tu cabello, como la luz
de Agosto que a un Ámbar desnuda.
Leonado, tal vez, como el sol de Junio
que pardea el trigo en tueste, en el ocaso,
al perder su mitad tras el mar. Y a poco, luna
y estrellas ya abren el cosmos a su paso,
entreverando a oscuras, en solo uno,
fundiendo el cielo con el eterno lago,
en la noche calmada por tus sueños de cuna.


Eres tan tierno como el lamido
de un gatito a uno de sus cachorros.
Tan azules tus ojos, como el latido
de los cielos, por el mar esparcidos
en destellos, del cobalto mas barroco.
Despiertas, en girasol abierto y ansioso
de su astro, buscando mi mirada,
llevando hacia mi, volando con plumas
de colibrí, tus ojos sonrientes y cariñosos
para eternizarte, mi hijo, por completo en mi alma
desde el día que te conocí, ¡mi pequeña criatura!.