YO CLAUDIO

VIEJO MUELLE.

Desde lo alto de la montaña  

puedo divisar el viejo muelle

que fue testigo del primer beso,

que nuestros labios disfrutarón 

dando vida a un nuevo amor que 

nacía y los delfines saltando de 

alegría nos salpicaron de su agua salada

escribiendo entre las olas el día y la 

hora en que nos juramos amor eterno.

 

Bajo la sombra de los árboles

bajo un silencio profundo

me viene el recuerdo del día 

cuando nos tomábamos de la 

mano y corríamos por la arena y 

las olas no seguían unas a otras

alcanzando nuestros píes descalzos

mientras tu saltabas a mis brazos

robándome un beso y bajito al oído

te iba diciendo cuanto te quiero.

 

El muelle esta vacío, 

las gaviotas ya no cantan como antes

las naves ya no llegan para adornar el muelle,

las golondrinas cansadas de esperar su barco

para empezar una larga travesía

en busca de una nueva primavera,

yo bajo la sombra del roble 

que ansioso el, por la llegada del amor 

que espero desde que nos dimos

el primer beso y tomados de la mano

nos juramos amor eterno.