Os voy a presentar a L.V, bueno, intentaré mostrar con palabras lo que es más fácil con hechos.
Siempre que recuerdo a L.V me llega a la mente una noche despejada, sí, te podrá sonar absurdo lo que te cuento, pero verás que no miento cuando la veas sonreír… cuando la veas sonreír y en esa sonrisa veas el reflejo de la luna.
Recuerdo muy bien que L.V tenía un lunar en la parte superior de su labio en el cual (sin que ella lo notase) me perdía por minutos que parecían horas, que parecían meses… Me gustaba imaginarme atravesando lugares inhóspitos, navegando mares imposibles, atravesando desiertos, ella tenía la forma de llevarme a lugares desconocidos con su presencia y me hacía pensar muchas veces que era pirata, astronauta y en muchas otras ocasiones un jugador de baloncesto profesional.
L.V es una mujer fuerte, cuando la conozcas verás que sus sueños y metas son más fuertes que cualquier adversidad que se le presente; ¡Pero debes tener cuidado! Porque a pesar de su fortaleza, y su andar de mujer madura cuando algo le duele jamás te lo dirá, ella tiene ese dulce defecto, esa manía enfermiza de guardar todo lo que aflige su alma e intenta no dejarlo salir.
L.V ama los gatos
El cine
La literatura
¡LA ORTOGRAFÍA!
La fotografía…
L.V ama perderse detrás de un balón de baloncesto porque sabe al igual que yo que ahí está la forma de escapar del mundo.
Ahora, después de todo lo que te he contado me preguntarás con franqueza si la extraño y te diré que no (a veces sí que la extraño), ¿Te sorprendiste?...
Pero no es tan absurdo el pensar que no la extraño porque a veces siento que las cosas que me rodean están hechas de L.V
Y al tocarlas
Me llevan a lugares lejanos de la memoria
Donde solo está L.V presente.
Y en ese momento me resulta fascinante el hecho de cómo ciertas personas se pueden volver parte de ti…
L.D.V.M
David Cutiva