Olga Agaton

Aquel amor

Mis pies desnudos y tibios tocaron el piso helado de esa mañana, caminé al balcón y abrí la ventana, pude mirar desde mi alcoba la sombra de aquel amor que aún me estorba.

Levanté mis suaves y cortos cabellos amarillos, me puse mis gafas y tomé mi libro, ese libro que aún tenía la mancha del primer café que bebí mientras miraba a aquel amor hablar conmigo por primera vez.

Observé mi libro e intente leer, para mi mente era imposible comprender, pensé en esa sombra de aquel amor que me estremeció y me hizo crecer, como mujer, como amante, como ser.

Hoy de nuevo entendí que aquel amor ya no está aquí, sigo mirando el cielo deseando sentirlo cerca de mi, sigo pensando su cuerpo por las noches e imaginando que hablamos hasta dormir, sigo sufriendo su ausencia, sintiendo mi corazón morir.