Araceli Vellber

27.

Con un beso,

éramos capaces de mantener la conversación

mas larga del mundo,

subirme a tu cabello

y desde la cima

tocar el horizonte

 y en la sencillez de tus manos

encontré un sueño,

que éramos dos corazones provocando incendios

con lágrimas para sofocarlos

que éramos el primer trago

y el último adiós

después del terremoto de los sexos rotos

en una noche de tequila

y despertar cosida a carmín mi camisa

y con los ojos de arlequín

mirar tu sonrisa.

Con un beso éramos capaces

de firmar la primera tregua

o desembocar en el campo de batalla

como dos alimañas

y afilar los cuchillos con la lengua

al final resultó peligroso.