Viviana Vásquez.

Ataraxia

 

Caminé sin titubear,
quité todo lo que cubría mi cuerpo y entré a la lluvia de la imperturbabilidad.
A oscuras, sentí como el frío se adueñaba de mi silueta y rosaba con dulzura y exquisitez mi tez, 
mis ojos brillaban aún en la oscuridad, mi piel estaba densa y suave, infinitamente extasiada. 
Di paso a cerrar las ventanas de mi cuerpo y abrir la puerta a lo surreal; 
era demasiado bonita, mis rasgos tan finos y delicados, la belleza tan singular que poseía... fue lo que me enseñó la oscuridad.
lo que la luz en tanto tiempo y con su concepto fatuo de mostrar todo, no pudo. 


ahí, fue que me enteré que sólo pueden vivir en oscuridad, aquellos que aman su alma,
esos que confían en cerrar sus ojos, en ver y luego creer, lo bonitos que son.