Fué el destino que tan inciertamente se empeñó en llevarnos a un mísmo lugar.
Desde aquel día me dí cuenta que ya no estaba tan sola,
que mis pensamientos habían encontrado su dueño,
que con él podía llegar a cometer las locuras más extasiadas
y sumergirnos en aquellos sentimientos que parecían dormidos.
Desde aquel día, la ilusión de cada nuevo amanecer, queda plasmada
en una sonrisa robada por la imágen de tu rostro que se presenta en cada paso que doy,
imaginando ese mágico momento tan esperado.
El momento de abrazarte y robarte todos esos besos
que la distancia nos negó.
Hoy, cometamos las locuras que imaginamos , hagamos de nuestros pensamientos,
uno solo, unamos nuestros sentimientos y que de ellos
salga la unión mas dulce e interminable que jamás hubíeramos podido sentir.
Gisela Denoni