Ramón Bonachí

Un Dios enfurecido ( Soneto alejandrino clásico )

Un Dios enfurecido

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El olor a salitre parece más potente

cuando el viento cabalga feliz sobre las olas,

estas llegan gritando del norte y de poniente

y se estrellan rabiosas al frío rompeolas.

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Mientras sigue en el fondo la fuerza del tridente

en la orilla se quedan dormidas las cabriolas, 

un sendero de espuma se seca lentamente

escondiendo sus voces  en blancas caracolas.

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Es el mar al que miro quien abre mi locura,

me seduce el poder azul de su vestido.

Hechizado por ver de cerca tal  bravura 

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me dedico a escuchar el clásico sonido

del cantar de sirenas con mágica escultura .

Mientras, rugen los ecos de un Dios enfurecido. 

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Fotografía y poema :Ramón Bonachí.