Diego Nicolás García Contreras

Palomas (retocar la repetición de cielos y grises) (7)

!Cuanto canto cansado llevan las palomas!
Sostenido el gorjeo en la garganta calcinada, 
hirviendo de chicles y arróz,
arrullando al abatimiento de la arcilla.

Llorando sobre el germen inconcuso
y derramando lágrimas sobre zapatos recién lustrados
¡su mirada impávida logra calmarme hasta el delirio!

Aguaceros calientes,
muchedumbres de niños,
canto de palomas.

De entre los tejados se asoman
y nos recuerdan como somos.

Los ángeles en el cielo se hicieron aves y llevan nuestros errores en su buche tornasol.

Calles abajo,
componiendo danzas y músicas dulces,
descomponen desechos
con su uniforme servil de plumas grices.

No tienen memoria.
Sobre la tierra,
evitan la gloria.

Con las nubes se contentan
entre el cielo gris que alimenta
el sueño de la escoria.


Permanecen atentas a la lluvia que alimenta
el disfrute de su persecusión.

Un día la paleta del pintor universal soltó aves a gobernar los colores.

Tu del gris tú la nodriza
del negro te ganaron los cuervos
y del color rosa cálido flamenco.

Ángeles son pájaros
que desfilan al viento.
Tenue es mi sentimiento
de desamparo si están cantando.

Amigas de abrigos gastados por el tiempo,
de boinas de pensamientos
y pipas humedecidas con licores perfumados.

¿Ha de verse en algún lugar plumaje tan raído como el que llevo dentro?
hijo de muerciélagos, padre de las guaguas que no tengo
dejo mis escrituras por hoy con un pretexto.

Sostenga bien el paraguas, tu si sabes hacerlo
y llevate de mi el trágico recuerdo.

No tengo canción ni concierto
que arrumen este corazón en reparación. 

Lo siento.