Este debe ser el mejor día del año;
lluvia matutina y el sol al acecho
calentando las actividades.
En las mesas prontos los platos de comida
caliente o fría, la temperatura se olvida
ante la luminosidad albina de la tierra y su humedad.
En días como hoy encuentras sin avizorar
tesoros escondidos por doquier.
Petricores entre saludos y aves que augurian plenitud
mientras se llenan las barrigas de dulces semillas.
Imágenes fotogénicas se dispersan en el panorama,
rostros amables, gente lozana gesticula respetando,
ínfima bajo el manto verde de los árboles.
Hoy lucen mejor las palmeras
y de entre las enredaderas
se aprecian insectos voladores en situaciones cotidianas,
tal vez saliendo de casa y despidiéndose de la familia.
Hoy, la naturaleza se coordina con el asfalto y le ordena rendirse ante su magnificencia.
Luego de almorzar salen unos mates
y la música ambiental que producen los seres
calientan el cuerpo,
tras un viento.
Dichosos de ser concertistas
chicharras, grillos, chincoles, jilgueros.
Padres de mariachis aventureros
emprenden el vuelo luego de alegres notas
y quedan con algo de arena en sus patitas
cuando despegan.
Todo hoy son aromas,
todo sonidos,
todo superficies placenteras.
Me he incorporado para seguir saludando al mundo
darme mi mano afectuosa y una sonrisa con los ojos,
no necesitamos más estímulos
que estos días profusos en colores
y melodías.
Acuerdos a palma apretada
el impulso a la prosperidad inicia hoy día,
al caminar entre efluvios de puerza
con todos los elementos a tu lado.
Contorneados los párpados de las nubes
estornudo y carcajada.