Tomas Rincon

Día tras día

I

Día tras día se van por la ventana,
huyen como mariposa acechada por un felino.
Día tras día se van observando una rueda girar,
aguardando tan sólo la hora final.

Día tras día corriendo y blandiendo la pluma del desesperado,
para emitir sonidos al viento.
Día tras día sin sabores ni olores,
derrumbándose mundos y sensaciones.

Día tras día se me van caminando sin rumbo fijo,
pensando en silencio un acertijo:
<¿Si es que esta realidad es de querer soportarla,
o tan sólo cavar agujeros, aterrizar en estrellas
o conducirse, a lo sumo, por el viento, tratando de evadirla?>.

Día tras día transcurren sin final aparente.
Sin consuelo, sin amparo evidente.
Día tras día girando en la tierra
añorando realidades que nunca aparecerán,
observando alternativas que jamás volverán.

Día tras día se me escurren como gotas silenciosas.
Día tras día en esperanzas fútiles y vagas.
Atormentado por interrogantes indescifrables,
agotando alternativas posibles.

Día tras día en silencio tras un cerrojo,
resolviendo adentrarme en razones para encontrar el qué hacer.
Día tras día muero y renazco.
Día tras día desolado me someto.

Tras el día después de la noche,
tras el muro que construyen mis ojos,
florece una flor en el fango,
recordando un niño destrozado por el timbre de entrada,
representando un joven sin ningún ideal.