J.R.Infante

¡Ay de los quince años!

¡Ay de los quince años!

           De esos poemas

                  brotados

como flores de primavera.

           Esas rimas viscosas

rebosantes de candor.

La amada,

el desengaño,

los primeros contratiempos,

las ansias de inundar

el mundo de poesía.

            Quince rosas

desbordantes,

incapaces de ver

sus propias espinas:

preocupadas tan sólo de difundir

aroma y color.

¡Ay de los quince años!

           No os tengo añoranza

por vuestra juventud

ni por vuestra fuerza;

os añoro

por la inmensidad

de las horas

de esos días de entonces.

             ¡Que buen momento

para hacerse profesional del poema!

            Para vivir sin más

desde el primer al último

verso.

¡Ay de los quince años!

           No quiero,

yo no quiero darle marcha atrás

al tiempo; ni llevar mi

experiencia de ahora

a la bisoñez de antaño.

             Quiero que sean

quince caldos de cultivo

para dentro de quince años.