“Hablemos de nuevos derroteros”
Qué importa que sople fuerte el viento
y nos lleve de nuestra humilde barca,
de nuestras manos aspiraciones y deseos,
o las inmensas ganas de irnos a la cama
y nos arrebate nuestros más caros anhelos;
sentémonos, hablemos, y planifiquemos...
Si lo logramos, que sea paso a paso,
suave y tierno como dos mansos corderos,
cediendo en nuestros comunes terrenos
y no como feroces caimanes al acecho
que eso acrecienta nuestros diferendos
es mejor, sin desespero, apuro, ni ajetreo;
que sea sosegado, apacible, pero exquisito
como en un delicado y húmedo sueño,
que la calma y relax que nos produzca
nos mueva y motive a volver a hacerlo,
que sea tanta la dulce excitabilidad
como un poema sin morbosidad,
sin tanta lujuria, mórbido sin ociosidad
para hacerte ver ángelitos en el cielo.
Por Hermes Varillas Labrador
1496 31/01/2017
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