Gloria Lepilaf

Ruego

Desgráname, palpa mi madurez entre tus manos

Como el segador conoce la sazón del trigo en sus labios.

Deshójame y sumérgete en mi humedad de bosque

Y cultiva en mi universo inexplorado.

Forma tu nido en mi follaje de hoja simple

Y descubre el secreto de las flores que guardo.

Enséñame el lenguaje de tu sol y de tu lluvia

Y muéstrame el sendero del viento y de la luna.

Madúrame al calor de tu inquietante mano

Y hazte cómplice de mi metamorfosis soñada.

Rompe los toneles de mi vino encarcelado

Y deja que él te bañe con su furia incontrolada.

Ámame, así, tan soñadora y tan frágil.

Ámame así, a veces sencilla o altanera

Ámame tal cual soy, sincera e imperfecta,

No importa que nunca me comprendas.

Un instante, dame sólo un instante de tu vida

Que yo te daré toda mi existencia

Porque eres mi claridad surgida

De lo nuevo y la incógnita perfecta.