benchy43

CUANDO LOS GRILLOS CANTABAN PARA NOSOTROS (soneto).

 

La noche penetraba en mi ventana

con su negrura y su sopor de estío,

ciento de estrellas, palpitante río,

semejaban brillosa caravana.

 

Una porción de luna, casi anciana,

usaba flacas ramas de atavío

y allí, tu bello rostro junto al mío,

lejos, muy lejos de la bulla urbana.

 

Tu sonrisa, tu aroma y tu mirada

eran el alba en la oda enamorada,

sueños de bosques, prados y castillos.

 

La noche era un Van Gogh de fino trazo

y yo me acurrucaba en tu regazo

para escuchar el canto de los grillos.

 

 

Derechos reservados por Ruben Maldonado.

 

(Fotografía de Silvia Calderón)