MI dulce madrugada me ha encontrado
Jadeante aun entre tus brazos
Con olor a vainilla y jazmín
Junto a un palpitante corazón que aun late con mi nombre
Se escurren mis manos aun adormecidas por tus caderas pronunciadas
Dos cuerpos semi-dormidos después de haber amado
Dos almas entre mescladas aun soñando
Dulce madrugada que entre tus tinieblas mi cómplice fuiste
Vigilante estuviste mientras dos pieles se despojaban de ropas
Para estar ese único instante en que uno puede tocar al otro
Dos seres que se comen los labios y se rompen el cuerpo
Cada vez que se juntan de madrugada,
Yo te se prohibida tú me sabes ajeno
Pero así es la vida que me ahoga en silencio cuando no te veo
Aun sabiendo que un dia he de pagar mi gran osadía de poderte amar
Si mi vida es el precio, justo lo cambio por una de tus caricias.
Calla tonto deja de hablar, susurras entre gemidos mientras comienza a clarear
De nuevo tú en mí y yo en ti no se sabe dónde comienzo o donde terminas
Una historia que no debió ser pero es lo que el fuego de una pación desata
Es mis ganas de abrazarte y poseerte que me quema y me quema
La razón me incrimina pero el corazón le calla, que sabe la razón de entregarse
Que sabe la razón de desear con pasión que sabe, ¡ pobre ilusa ¡
Los primeros rayos clarean la hora llego hay que dejar el lujurioso abraso
Hay que correr para llegar de nuevo a ese lecho donde el hielo mora
Entre forcejeo y forcejeo que me pide quedarme veo un fulgurante rayo
Y un sonido tronante,
La calidez de nuestras ocres sangres se juntan
Y de nuevo jadeantes podrán estar eternamente abrasados los dos amantes