AL BORDE DE LA MUERTE
Busco y encuentro el Job malherido,
 pasivo, encogido;
 arañando el vientre que le dio la luz.
 
 Cuestionado grita al vacío,
 escuchando muerte sin culpa;
 agitando el silencio.
 
 Y sigo buscando
 pero los satélites desactivados.
 
 Tu presencia, tu corte:
 juez sin martillo,
 ni plumas y ni alas;
 condenado sin delito.
 
 Yo gano tiempo esperando,
 más de lo arrebatado.
 
 ¡Quedarme cómo he sido!;
 salgo ganando vida,
aunque mal herido.
HÉCTOR PESANTEZ