Süave, süave, süavemente süave.
Bura ambula como ola sonámbula insinuando apenas su alma enorme,
palpa las cosas, y las cosas vibran lo mismo que arpas naturales.
Pisa y el pie celeste roza los fenómenos cual una luz la cara de un difunto.
sonríe y se ilumina el turbio-mundo.
Piensa, y entonces un olor a violetas estrujadas inunda el universo.
Las figuras se hacen suavidad, los geométricos triángulos objetivos esconden las garras estridentes,
y aparecen formas oblicuas infinitas que en algún punto vibran en espirales arpegiados de sonidos angélicos,
y producen canciones mullidas que inducen a la risa y al llanto.
A la blandura del alma expresada en alas blancas abriéndose intermitentes,
en piernas robustas y contorneadas ortorgando regazo a atardeceres,
que juegan observando a lo lejos nuevas aves en cielo claro.