Esteban Mora

APOLOGÍA A LA MUJER DE MIS SUEÑOS.

Con vehemencia voy a afirmar que eso eres “La mujer de mis sueños”, un sinfín de emociones recorren mi cuerpo, solo al sentir cualquier aire de que existes, al verte por primera vez pensé en la sensación corporal que ha de darse al vivir tu ser a menos de 5 centímetros, hoy sigo pensando en eso cada momento que apareces en mi vida tan efímeramente, ese momento único en el que deseo ser el hombre modelo que llega hasta donde lo permites, pero que desea estar ahí, junto a ti, palpando cada parte de tu cuerpo, respirando tus suspiros, mordiendo mis labios a punto de besarte. Si parece que mi deseo sexual imparable, pero no es así, es una cosa extraña que rodea el proceso sexual, es que al momento de suceder cada uno de esos momentos, mi corazón jamás dejar de latir a menos de la mitad de su máxima velocidad, es que mi respiración parece detenerse en esas partes del día, en las que me quedo mirando como hablas, o intento adivinar lo que piensas.

Es inevitable pensar que escriba lo que escriba, jamás sentirás realmente lo que me sucede contigo, que amo verte, de la forma que sea, aunque tenga esa obsesión por mi color favorito, ese el de tu piel nido a la ropa interior que me enloquece, no he podido ni podre darte nunca una explicación real de porque estoy aquí o ahí cuando lo desees, no puedo expresar como todo lo que algún día creí haber sentido se multiplico en ese instante en el que apareciste en mi vida y la verdad tampoco me interesa darle un sentido a algo que me pone en ese lugar en el que te puse a ti, en mis sueños.

El vivir y las decisiones no me han permitido que dejes de ser el sueño a ser mi realidad, daría todo porque así fuera, y en mi corazón anhelo que puedas sentir solo un poco de lo que siento por ti, que entiendas que aunque diga te quiero, amarro mi lengua para no decirte “Mujer yo a usted la amo”, por poner mi ser a vivir de nuevo, por darme razones para deleitarme con el placer de no querer explicar nada, por ser el sueño más cercano de mi vida, con todo y que no estés aquí o ahí al lado mío.

Deseo para usted lo mejor, deseo poder amarla el tiempo que sea, poco, mucho, efímero o eterno, pero que jamás olvide que es el sueño de un caminante de la vida.

 

Esteban Mora