Lolaila

Pobre Ana.

Pobre Ana.


Brilla el filo de la espada bajo la luna hechicera.
Los cascos de los caballos al trote rompen el hielo.
Recelo en la noche brama.

Y se cierran las ventanas.
Se apagan las chimeneas, la vela no tiene llama.
No chismorrea la vieja, la moza ya esta acostada.
El borracho en la taberna, se escondió bajo la barra.
A pasarla.
Como rayo atravesaron por la aldea Torres anta.
No hallando un solo vestigio,
de lo que tanto buscaban.
Y ella allí, agazapada.
Tras la leña el panadero,
la tapó con una manta.

Pobre Ana.
De bruja era acusada,
Por qué cn hierbas del monte, dolor de muelas curaba,
cataplasmas pa resfríos y flores para la sarna.
Pobre Ana.
Desde el día que curó al conde el dolor de panza,
no hubo paz para ella, en la aldea Torres anta.
Se le antojó quemarla.
Por no querer darle al conde,
el lado izquierdo en su cama.
Bajo la luna se pierde en busca de un horizonte,
lejos de filos y espadas,
lejos de hierbas y condes.

Dolores Egea ( Lolaila)