Ramón Bonachí

La vida en un pañuelo (Octavas Reales)

Llegó lozana, fresca y olorosa,
mostrando su talante sin pudor,
de tallo inmaculado, ¡tan preciosa!
que perdí la cabeza por tal flor.
Disfruté en los brazos de mi rosa
mientras esta otorgaba su color;
un bello amor gallardo y bien florido
creí tener seguro y compartido.

.

Mi damascena brilló por desventura
lo que brilla un segundo en esta vida,
las espinas salieron con premura
y mi rosa quedó descolorida;
fue tan grande y punzante mi amargura
que hasta el alma lloró con su partida.
Deshojada se fue mirando el cielo
mas sus hojas las llevo en mi pañuelo.