Oceánide♡

Latidos.

Mi piel es acariciada por la luz del sol y el aliento de los árboles.  

Mi cabello se mueve junto a la brisa y se impregna de naturaleza.  

Me recuerdo con hojas descansando en el suelo, en el fin del otoño.  

Me encuentro con flores nacientes, pequeños capullos vulnerables.  

Hojas nuevas y verdes vibrantes mostrándome el reinicio: la primavera. La vida.  

Abejas, pequeñas trabajadoras, mis aliadas. Amantes de lo dulce.  

La rutina me ha tenido alejada, sin poder apreciar tus cambios.  

De niña tenías toda mi atención. Cuidaba de ti.  

Mis manos te recorrían, te evitaba las malezas y cantaba. Cantaba para ti.  

¿Extrañas mis manos? ¿Extrañas mi voz?  

Ese lugar que fue tan mío, ahora se siente tan distante.  

No puedo volver el tiempo, por nadie regresa.  

Pero aquí estoy hoy. Y quiero sentirte. Disfrutemos la buena compañía.  

Escuchemos la música que nos regalan las aves y el viento.  

Dejemos que nuestras miradas se conecten como antes.  

Sin importar las cosquillas de hormigas que olvidaron su camino y subieron a nuestros pies.  

Sigamos el instinto, confiemos.  

Que vuelvan los viejos tiempos. Escribamos a mano.  

Volvamos a esos días donde no teníamos que ir a ningún lado. Sólo estar el uno con el otro.  

Las aves. Vuelven a cantar para mí, para ti. Por nosotros.  

Es un recuerdo de lo que amamos.  

¿Y el ruido de la ciudad? Un recuerdo de la otra vida, de la rutina. No importa hoy. Hoy no.  

Quédate aquí. No te vayas. Mira el cielo conmigo.  

Ensueña ver la luz dispersa entre las ramas, entre las hojas.  

Veamos las nubes pasar... O la Tierra girar. Qué importa.  

Vivo en un sueño cuando estoy contigo. Cuando estamos aquí.  

Hace mucho no me sentía así. Tan viva. En paz.  

Sólo por ti.