Heliconidas

Medusa amorosa (Oda del seductor)

Soy una medusa amorosa
que flota entre diversas damas
hasta que alguna corresponda
a mis firmes insinuaciones.


Aguamala de amor lesivo
que busca mujeres inermes
para engullirlas suavemente
en la noche abismal y umbrosa.


Sobre el mar, como flores muertas,
miles de llantos voy dejando.
Soy un ardid luminiscente,
un caballero confuciano.


Déspota y áulico hechicero.
Frío cazador de placeres
que va cambiando sus máscaras
según vaya necesitando.


Soy la conversión efímera.
No hay presa que se me resista.
La fronda verbal es mi dehesa,
siempre mis pastos están pingües.


No siento culpa ni temores.
Elijo ser lo que deseo
en el asedio de una hebe:
Cisne blanco, lluvia de oro...


¿Qué más da? Un verso leve,
una cita engalanada
como dulce miel untada
sobre el filo de una espada.


Los modales, la fe, dogmas…
Todo es recurso amatorio
en las gracias del hidalgo.
Todo es una ilusión vana.


Predador luminiscente
de besos agazapados.
Tan solo es cuestión de tiempo.
Por el placer vivo y muero.