Nostalgica

MelancolĂ­a

Y ahí estaba yo,
añorando su presencia
y sufriendo,
si, sufriendo profundamente
al saber que le hice sufrir,
ya no sé si merezco
o no su amistad,
por haberle hecho sufrir
por no haber podido darle
la cura de su dolor,
por tener yo la solución
y no darle lo que necesita.
¡O Dios! Guíame,
guía mis pasos,
y sobre todo mi corazón.
Hoy esperaba verle,
más no ha sido así,
no contesta, no está,
no sé si se esconde,
o no sabe que le busco.
Me acuesto pensando
en que no vino,
pero que mañana aquí estará.
Despierto con la misma esperanza
de verle, más las horas pasan
y llega la noche
y en el inmenso cielo,
veo renacer en cada estrella,
una nueva esperanza,
esa misma esperanza
con la que me levanto y acuesto,
mi fé en Dios
me hace verlas de esa manera,
y cada día y cada noche,
mi esperanza será la misma.
No importa de cuantas lágrimas
se inunde mi rostro,
ni de cuanto dolor se llene mi alma,
mi esperanza estará siempre viva
mientras Dios me de la vida,
más si un día me la quita
desde donde me encuentre,
velaré sus sueños día tras día.