J.R.Infante

Vivimos

Vivimos en un mar inmenso

que rompe en grises amaneceres

y termina tornasolando el horizonte,

nuestras horas están sumidas

en cambios bruscos de marea,

por eso ayer te dije

              que tu mente debe fijar el timón

en el arco iris,

en el viento que eleva la cometa,

en el minuto que iluminó tu cara,

mañana de nuevo amanecerá gris

y tendremos la misma ventana abierta

cuando encendamos el ordenador.

              A mí

 me ayudaron las ninfas del bosque

- las driades –

y cada vez que el mar se encrespa

apareces tú,

oigo tu respirar, respiro tu mirada

              saboreo tu voz,

envío el minuto a su rincón,

a veces me convierto

en capitán de navío pisoteando biodramina

y me dejo envolver en el roce

de tu carne contra mi carne.

No hay adoquín en el mundo

que pueda rasgar el cristal

que rodea

mi urna secreta.