Araceli Vellber

Madre y comiĆ³ perdices como en los cuentos.

 

Tú, sabes más que yo de la vida,

no en vano tú, me la diste y

aunque no entendieras de medicina,

las tiritas

siempre estaban puestas en el sitio exacto,

no comprendías la economía

solo necesitábamos un kilo de harina

y magia, teníamos pan,

no sabias lo que significaba los planes de estudio,

solo querías poder abrir las mantas

y arroparme en la cama, sin dejar nada al descubierto,

lo más parecido que conocías a los tipos de interés

era estar interesada

en que la fiebre, no anduviera tranquila por casa

y que el frio no se hiciera invierno en nuestras manos,

no te importó que con el tiempo

las arrugas se trasladaran a tu cara,

con tal que no faltara nada en casa

y yo te quiero así

como eras,

porque las envolturas son para los regalos

y tú no necesitas lazos, ni adornos

y aquellos pequeños botones de tus labios

era para jugar con tus comisuras

y no encender un cigarrillo

y las manos desnudas o sujetando aquel vaso de vino blanco

capaz de mantener tu cuerpo firme

porque lo que realmente me importa de ti

eres tú

y lo que me interesa de este mundo está en ti

aunque ya no puedas acertar a colocarme las tiritas

despréndete de todo aquello que ya no necesitas

porque hoy te vienes conmigo.