javi-topo-etico

esperando lo inesperado.

En el reencuentro unas velas,

en la mesa un cincél.

En silencio las esperas.

Esculpí los poros de su piel.

 

Tendida en la cama mullida,

alicatado el pelo

ríe a carcajadas de la vida,

esperándome con anhelo.

 

¡Estoy harta! me susurró,

de amores de cenicero.

Si buscaba en este burro,

un amor simple y sincero.

 

Yo le dije, me aterra la soledad,

me agarró fuerte sin dejarme de soltar,

en ese momento comprendí la realidad.

Que amores esperados no se deben comprar.