Diego Nicolás García Contreras

Deborah II (8)

Deborah,

Es en ti que se encienden mis emociones,

mis anhelos de fiesta

y mis llamas perfectas.

Eres la emperatriz perenne

la ama de mis látigos en luna llena.

 

Oh belleza detestable!

eres como una odalisca que dibuja imágenes nocturnas en el lago negro de los espejos

sin mirar su reflejo.

 

Acaso has sentido el remanso de tus ojos de pantera púrpura tocarte?!

atravesaré descalzo a los deseos en la hoguera,

te deseo más que el mundo nuestra extinción definitiva.

Te odio con todo mi corazón

porque con amarte explota la razón loca.

 

Solo tienes atados los cabellos en los cuatro vientos

y en el equilibrio de tus caderas,

el influjo magnético de tu piel morena

me acelera,

Me deja crítico,

saber que no estoy en tu ombligo,

llenándo de ríos

tus soberbios cauces verdes.

 

Tus ojos arqueados son dos fuentes

de piedra fundida,

de lava esmeralda.

 

Deberías dormir a mi lado para mirarte

Y soñar juntos mientras me desvelo

pues no lo entiendes,

no sabes que magia sale siempre de tus sienes,

de la estupidez que derrochan tus ambientes,

cuando te paras en frente.

 

Agazapada 
respondes miradas gatunas

tu piel tatuadas a picotazos por aguilas rapaces
te llevaronpor los aires cálidos
del centro magnético








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Te envito

A que te sientes

en un sueño

y me empujes

al carro mágico que existe

del carril que nunca nos sostiene
en contiendas
dentro de vertientes 
por las que descienden las huestes
y se refrescan 
sucumben ante la sed que llevo dentro por pensarte

 

Hoy me perteneces

y rompo el cielo con cruces

olvidando demostrar la alegía

porque aquí es en el único lugar donde hablo

y mi mente decide verte.

Sonríeme y conviértete en niña nuevamente.

 

 

deborah

 

Atajo tus ojos en camas de plástico

para no mostrarte

las hierbas buenas que el corazón me crecen

a destajo

sontengo tus dientes en este túnel

de mi verbo del instante

desgarrándose nuestras carnes violentamente

en la inmensidad que nos une

 

No eres más que el viento que traen los bosques y las selvas



no me canso de besarte
como un perro
con la ternuna de un costurero cociendo zapatos
de ángeles

 

Sé de la magia que tu piel tiene

y que envenenan tus desdenes

quiero atravesar el centro de tu perfume

y ser la peste que lo celebre

deborah

tengo lo que tu no pides

bajo el aguayo soñado

las perlas negras que describes

en tus sueños altiplànicos

en tu boca me he bañado

vertientes de lo arcano

y en un jarro me he bebido

tu manos

 

Eres el deseo del cielo

en el aire germinado sobre los tejados

y en tus pechos se ocultaron tesoros brillantes de la luna.