donrevis

EL ASTURIANO (Reeditado)

EL “ASTURIANO”

Suelo ver cada día en una esquina,

en lo que es mi habitual itinerario,

enfundado en una sucia gabardina

y con aspecto un tanto estrafalario,

a un indigente que anda por mi barrio.

 

Lleva barba y pelo desaliñados

y en dos bolsas todas sus pertenencias,

y al pasar, con un tono avergonzado,

te pide, apelando a tu indulgencia,

alguna ayuda para paliar su urgencia.

 

Acostumbro a darle algún dinero

que me agradece con una mirada

y a la noche le veo en un cajero,

preparando una cama improvisada

donde poder resistir la madrugada.

 

A pesar de su aspecto desastrado

se adivina bondad en su mirada,

y, tras sus modales de un hombre educado,

se intuye una persona avergonzada,

que sufre por su vida fracasada.

 

Parecía muy triste aquella tarde,

incluso parecía haber llorado,

se lo noté apenas acercarme.

Yo le invité y se sintió abrumado,

aunque aceptó con su gesto callado.

 

Me confesó que no había comido

desde hacía más de cuatro días,

y se comió, primero un buen cocido

y después un buen plato de judías

en el cercano bar de Jeremías.

 

Después de comer, agradecido,

me contó que él era asturiano,

de una aldea al lado de Salcido,

que era el menor de cuatro hermanos

y que siempre fuera un buen cristiano.

 

Y, llevándose una mano al bolsillo,

me enseñó una foto muy arrugada,

en una moto dos rubios chiquillos

a los que él llamaba su “camada”

inundaron de brillo su mirada.

 

Me habló de su trabajo en una mina,

en una gran empresa de Langreo

y de cómo, en una oscura oficina,

(todavía recuerda su mareo)

le dijeron que se acabó su empleo.

 

Y, a causa de no pagar la hipoteca,

el banco se quedó con su vivienda,

le embargaron hasta la última banqueta

y tuvieron que dormir en una tienda

que le prestó su hermana, “la Elisenda”.

 

Que, de mal en peor le fue su vida,

pues su mujer le dejó abandonado

agrandando todavía más su herida

al llevarse, dejándole tocado,

sus hijos, su tesoro más preciado.

................................................ 

Anteayer, en la hoja de sucesos,

he leído que a Luis “El asturiano”

unos chavales, con muy poquito seso,

le prendieron fuego y le pegaron

en un acto vandálico, inhumano.

 

Y, cuentan los testigos que lo vieron,

que no opuso ninguna resistencia.

Que, a pesar de su aspecto un tanto fiero

y su espíritu de supervivencia,

parecía rendido a la evidencia.

 

Que, metiendo una mano en el bolsillo,

cuando ya se le veía un brazo roto,

se despedía de sus dos chiquillos

que, desde aquella arrugada foto,

sonreían encima de una moto.

 

Y así, como Luis “El asturiano”,

malmueren gran cantidad de indigentes

a quien la suerte dio un trato inhumano,

cuyas vidas nos son indiferentes

porque son invisibles a la gente.

 

Febrero de 2016

Jose Cruz Sainz Alvarez