José Moscoso Vega

El toro y el matador.

 

El escenario está listo,

montera y chaquetilla,

distingue al torero,

corbatín y zapatilla.

 

En el ruedo ellos dos,

el toro y el matador,

atractivo de la gente,

Un animal y un demente.

 

El toro debilitado,

antes de ser torturado,

los arpones en banderilla,

su sangre a derramado.

 

y empieza la fiesta,

de los que viven del dolor,

ovación en las graderías,

son para el matador.

 

El toro ruge de impotencia,

las banderillas colgando,

en su sangrante morrillo,

y sigue el torero burlando.

 

Embiste el toro el capote,

y un coro se deja escuchar,

de aquellos que eufóricos gritan,

al ver al toro pasar.

 

Cansado el animal,

solo le queda coraje,

ahora es presa fácil,

de  un asesino con traje.

 

Pide el torero el estoque,

quiere deleitar su gente,

consumar su cobarde acto,

matando a un inocente.

 

El asesino clava su daga,

que entra en lo profundo,

hiriendo de muerte al toro,

que en la arena cae moribundo.

 

Se estremece la gradería,

con aplausos y ovación,

de aquellos que son cómplices,

de esa miserable acción.

 

El torero alza sus brazos,

sintiéndose  ganador,

todos aplauden en coro,

a un cobarde matador.

 

La puntilla acaba la vida,

del toro masacrado,

y se marcha el asesino,

de torero disfrazado.

 

J.Moscoso.

Derechos de autor reservados.

José Antonio Moscoso Vega.

Costa Rica, Puntarenas, Corredores.

04 de enero 2016.