Inexistente

La vanidad del pescado.

Un pescado asoma a la superficie polícroma

donde mixtadas estaban

trozos atomizados de piedras;

negras, grises y blancas,

virutas de vidrio no descubierto

y unas sandalias tiradas.

Un repentino soplo azota las urbes

y quedan pulverizadas,

surge un nuevo héroe

no aclamado, -sin admirantes-.

Los restos son materia para arqueólogos

Y científicos,

que contarán la historia

de la vanidad del pescado.

¿Verdad o mentira?,

¿mentira o vanidad?

La contarán tan auténtica como quieran contarla,

se entenderá tan exacta como quiera entenderse

y de los sedimentos petrificados

en el origen del fondo,

tan hondo e irregular como el participio,

sus partículas darán a luz al hombre

mimetizado, de aletas y escamas

y cola trillada,

para escabullirse

de la responsabilidad que le toca

-Quintillones de años antes-.