¿No es acaso el amor un sentimiento,
que los dogmas intentan impedirlo?
Mas le digo señora, que sentirlo
es de Dios el mas grande mandamiento.
No podrían con códigos matarlo
ni hay castigos divinos que lo impidan,
y los \"santos\" que siempre lo lapidan
son aquellos que nunca pueden darlo.
El amor es la lluvia, es como el viento,
nada puede su fuerza detenerla,
es sublime, es gigante, es una perla
que nos sirve de mágico sustento.
No podría señora usted negarlo,
si ya sabe la quiero con locura,
que mi dicha, mi gloria, mi ventura ,
es llegar a sus brazos a gozarlo.
¿Puede usted detener las embestidas
de las olas que azotan el velero?
Es inútil, amor es tan severo
que con llamas consume nuestras vidas.
Este amor es tan grande, tan sincero,
que su fuerza mantiene siempre viva,
en el alma se prende y la cautiva
cual se prende la vela al pebetero,
No destruyen las lluvias a las flores,
mas sus gotas sus pétalos florece,
nuestro amor es un cauce que se crece
y nos llena la vida de esplendores.
Sin prejuicios, sin dogmas, sin recelo,
no le importe la gente viperina,
y vivamos de amor su luz divina
arrullado con música del cielo.
Autor: Aníbal Rodríguez.