Matías

Tempestad

Aquí me encuentro, junto a la insoportable

Comodidad de mi barco, navegando sin destino

Por las aguas turbias de un océano blanco.

Las aguas, siempre  tranquilas por la mañana,

Cambian de humor al caer la tarde. El tiempo

Impaciente, unido al viento salvaje, convierte

Los suaves vaivenes de las olas en puños implacables

Y ahora solo temo, pese a mi carácter osado,

Caer de lleno en el olvido sin poderte decir: te amo.