Me senté en los durmientes de tu atardecer
en tu regazo.
Salgas o no estaré aferrado
a escaleras naturales
y seguiré subiendo.
¿Sabes?
Veo siempre su VOZ.
No solo cuando con ella danzo.
Suspiro, seré manso.
Escalo entre las piedras del tiempo,
Piedras que perforo en el ascenso
son la carne del silencio.
Para llegar a tus ojos
de vertientes suplicante,
de piedades que susurran cantos.
A tu pecho respirando.
A veces deambulo
mientras tus siembras nueces entre los pétalos.
Esperamos un canto imponente y calmo, yano vivo
que acaricie el musgo
en tus labios
absorbiendo el rocío
en tierras perfumadas.
Me acerqué a tu centro,
entre tus dientes
soplé versos
que amaron
tus adentros.
Para mirar lo ulterior de tu recuerdos,
me mantuve despierto.
para regocijar tu paladar
de besos.
todo eso me encumbra al momento
En que nuestras sienes siento al viento en el bosque de playa
.
Meciendo quillayre
Cipreces.
Hoy volví a estar
Preso de tus pechos
que muerdo
bordeando
onduladas dunas.
Al salir con el atardecer más abrigados y lentos
las colinas silentes suaves son clenso
Brilla el son intenso en nuestros chalecos
y sudo con tus ojos
Ardo de sangre
y verso.