El alma yace triste, aunque tu belleza irradia el día…
Vuelves, y es como escuchar una vieja tonada,
Mezclando el sabor de amargos y bellos momentos
En los que se revuelven tus recuerdos, en extraña melancolía…
Tu mirada, tropieza sutilmente con la mía,
La tuya, opaca y ansiosa, la mía, por fin serena,
Aunque tengo el alma inmensamente triste todavía,
Aquel amor vestido de ilusiones, ¡¡¡en mi alma ya no suena!!!
Y que podría decirte?, acaso aquellas palabras tiernas?,
Esas mismas que en tus oídos murieron cuando partías?
Dime… no fuiste tu quien a mi inmenso amor echaste tierra?
Y hoy hermosa niña, pretendes encontrarlo vivo todavía…
En los días sombríos viví en tormentas de tristezas,
Mis esperanzas, las soledades de acero diluyeron,
El alma vago por mucho tiempo pérdida en tus tinieblas,
Y aquellos sueños amada mía… ¡¡¡ esos sueños ya murieron!!!
ISRAEL CARE.
(Derechos Reservados).