LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON

Sentirse caminante de ciudad...

Sentirse caminante de ciudad…

 

Busco entre las figuras que se mueven,

las que van y las que vienen

busco, la cabellera larga y negra

cayendo sobre los hombros

descubiertos

protegiendo y dando brillos

a la sonrisa de niña

y la dulzura

de ese último beso

en el andén que se quedó en el sur

y que lo siento y lo recuerdo

sentado en un banco de cemento

y sin respaldo,

en tanto contemplo

y veo pasar la gente…

 

Tantas que vienen y tantas que van

como en desfile de hormigas

buscando su pan

para compartirlo

o almacenarlo para el vecino invierno

que ya llega.. .

 

Estoy iniciando mi propio invierno

desafiado a sentirme

como una hormiga con su instinto

dispuesta a buscar

pan y consuelo

emprendiendo vuelos

vuelos nuevos

cumpliendo sueños…

 

Antes que mi corazón acongojado estalle

por el amor dejado

con sus ojos inundados de lágrimas

y cristales

cambio la mirada y acelero el paso

me adelanto a la gente

que pasa por mi lado…

Caminantes como yo

a los que van les acompaño en paralelo

a los que vienen les saludo

como lo hacía con la gente de mi pueblo

a todos…

sin conocerlos.

 

Nadie de esos caminantes

 siente o presiente

que yo soy uno de ellos…

Caminante de ciudad aparecido

sin rumbo fijo

que busca su rumbo

y lo buscará hasta encontrarlo.