Casi puedo predecir cuando estas por venir,
comienza la inquietud y te haces sentir,
las distracciones de las cosas sin alma te hacen distante, pero solo por instantes.
No me dejas y te lo pido por favor, no me dejes.
Te descubrí tras lo que creí
era la mayor desgracia de mi vida,
si ilusa, no sabía lo que vendría.
Eres la forma más bonita de ilustrar mis desastres,
haces que una catástrofe hasta parezca arte.
Tu sabor es agrio y dulce, en ese orden.
Contigo me siento grande después que algo reduce mi mundo.
Le das una utilidad a mis manos tan sutil como la de provocar placer,
de cierta manera así también es,
y se puede reproducir cada vez que quieres
si llegas a una pupila complaciente.
Siempre apareces al final de mi trago,
te encuentras entre el hielo y si no te atiendo te derrites y me haces desplantes,
eres ególatra, me quieres solo para ti,
sabes lo buena que eres,
lo dulce que sabes
y te aprovechas de mis inseguridades.